Durante los meses de diciembre y enero, principalmente, los cultivos suelen estar sometidos a un fuerte estrés que hace que su desarrollo y crecimiento se detenga. En esta temporada es muy común hacer lo que se conoce como parada invernal de cultivo dado que a muchas especies les afectan los diferentes factores que se dan durante esta temporada. Un claro ejemplo lo podemos encontrar en algunas clases de cereal, el haba o el guisante.
Factores que obligan a la parada invernal de cultivos
El extremo frío que puede darse en algunas zonas, obliga a hacer esta parada invernal. En algunas zonas, el frío va desde mediados de noviembre hasta febrero, aunque también depende de diferentes factores externos, pero en los meses centrales del invierno, la parada es casi obligatoria para muchas especies.
Otro punto muy importante y que debe ser muy tenido en cuenta es algo contra lo que no se puede luchar, y mucho menos en un cultivo extensivo. Se trata de la reducción de horas de luz, algo que como ya sabemos, es indispensable para cualquier clase de planta.
A pesar de la adaptación natural que pueden llegar a tener algunas especies, hay otro factor de importancia que debe ser tenido en cuenta y que afecta a su desarrollo y crecimiento, las heladas, tanto nocturnas como matinales.
Además del frío y las heladas, hay otro motivo de gran importancia por los que hacer la parada invernal. Las nevadas, el granizo o los fuertes vientos, son un factor determinante que obliga a hacer esta parada para no perder la plantación.
La última de las razones que os damos desde Fitomolina para hacer la parada invernal de cultivo es que no son muchas las especies que pueden soportar todas las condiciones antes citadas, especialmente en zonas donde el frío es especialmente intenso.