Posiblemente hayas escuchado hablar en más de una ocasión acerca de los bioestimulantes, pero quizá no sepas exactamente lo que son. Se trata de sustancias biológicas que actúan sobre los diferentes procesos de la planta, mejorando notablemente sus capacidades de crecimiento y productividad.
La importancia de los bioestimulantes en la agricultura
Los bioestimulantes contienen diferentes sustancias y/o microorganismos que tienen como función principal estimular los procesos naturales de las plantas. Con ellos se mejora notablemente la captación, asimilación y eficiencia de los nutrientes así como la calidad de los cultivos y la tolerancia al estrés abiótico.
Aunque pueda parecer algo nuevo, lo cierto es que ya se utilizaban en diferentes periodos de la antigüedad, aunque desde hace unos años, con el aumento de las investigaciones para conseguir nuevos compuestos con el fin de mejorar la calidad y rendimiento de los cultivos, su uso ha ido intensificándose.
Muchas personas asocian a los bioestimulantes con la agricultura ecológica, pero lo cierto es que también pueden ser utilizados en la agricultura tradicional con estupendos resultados.
Hay que destacar que no tienen acción directa contra las plagas, por lo que no entran dentro del marco normativo de los plaguicidas.
Según diferentes estudios, los bioestimulantes están teniendo un crecimiento anual de más del 10% y la inversión que se destina cada año en cuanto a investigación y desarrollo se mueve entre el 3 y el 10%.
Con estos productos se consigue una producción más sostenible gracias a que mejoran la calidad de los cultivos y su rendimiento, con una rentabilidad positiva.
Además, tienen la capacidad de mejorar la absorción y el uso eficiente de otros elementos como los fertilizantes, reduciendo notablemente su consumo. Esto repercute positivamente en un ahorro para el agricultor y también en la reducción del impacto ambiental que se asocia a esta clase de productos.
