Los fertilizantes son indispensables dentro del sector agrícola y pueden ser orgánicos o inorgánicos. Ambas clases presentan diferentes nutrientes que las plantas asimilan. También pueden usarse para mejorar la calidad nutricional del terreno. Se trata de un aporte extra de los diferentes elementos químicos que necesitan los vegetales para poder crecer sanos.
Fertilizantes orgánicos e inorgánicos
Los fertilizantes orgánicos tienen origen vegetal o animal. Uno de los más conocidos es el guano gracias a que contiene altos índices de fósforo, potasio y nitrógeno. No hay que olvidarse de otro de gran importancia como es el estiércol.
En lo referente a los fertilizantes inorgánicos, hay que decir que se producen en laboratorios o bien se obtienen mediante la explotación de un yacimiento natural. Son fertilizantes minerales que cuentan con nutrientes tan importantes como el hierro o el potasio entre otros.
Gracias a las características con las que cuentan los fertilizantes, pueden aplicarse directamente en el suelo. Éstos pueden aplicarse mezclados con otros elementos que potencien sus cualidades. Pueden aplicarse al natural o también disueltos en agua para poder ser aplicados en los sistemas conocidos como fertirrigación, algo que dependerá siempre de la técnica de cultivo.
Los fertilizantes agrícolas tienen la capacidad de aportar una importante cantidad de beneficios, siempre que se apliquen de una forma correcta. Por eso, es tan importante que si no se tienen demasiados conocimientos, se sigan al menos los consejos del fabricante o de un profesional del sector.
Pueden mejorar la estructura del medio de cultivo, ayudan a que las plantas sean más fuertes y sanas, aumentan su fertilidad, permiten la realización de rotaciones de cultivos en menor tiempo y también ayudan a conseguir alimentos más sanos, con un mayor tamaño y una calidad mucho mayor que si se compara con otros productos que no han tenido la fertilización adecuada.