Las infestaciones por parásitos son una de las mayores amenazas que afectan a los cultivos, y las que son causadas por hongos puede ser devastadoras. Por eso, la búsqueda de un buen fungicida capaz de prevenir esos males es una de las principales preocupaciones de los agricultores. Por suerte, los laboratorios BASF han presentado Serifel, cuya efectividad está más que contrastada.
Serifel: una barrera contra la cenicilla y la antracnosis
Serifel es un fungicida biológico que supone una solución perfecta y de bajo impacto ecológico contra las enfermedades fúngicas y una apuesta por el cultivo biológico y sostenible de las plantaciones más vulnerables ante este tipo de males: las bayas y los vegetales.
La principal característica de este producto es que permite usar dosis bajas, sus efectos son estables en un rango de variabilidad de temperatura muy amplio. Además, el uso de dosis bajas reduce el gasto de varios modos, ya que no sólo se requiere de menor cantidad de producto, sino que se reduce el espacio de almacenaje, las necesidades de transporte…
Asimismo, deja muy pocos residuos sobre los tallos y las hojas y se trata de materia biológica, de manera que los cultivos tratados con él cumplen los estándares requeridos para exportación y/o procesado, y las esporas puras de la cepa única de Serifel no producen olor desagradable como sí lo hacen otros productos con base química.
Las dos enfermedades fúngicas más importantes y con mayor incidencia son la cenicilla y la antracnosis, y la necesidad de controlarlas de manera inmediata es muy grande, ya que si no se actúa sobre ellas antes de que se extienda pueden dar lugar a auténticos desastres ecológicos. En ese sentido Serifel es perfecto, ya que funciona mejor como preventivo que como tratamiento de curación. Eso permite que los hongos sean eliminados antes de que la planta madure y que se creen metabolitos para seguir combatiendo la plaga durante el crecimiento.