Son muchos los aspectos que pueden llegar a arruinar cualquier clase de cultivo, como por ejemplo el exceso de calor, una mala calidad de las tierras o un exceso de agua producido por las lluvias. Si no se protege el cultivo en temporada de lluvias, se pueden llegar a tener importantes pérdidas. Antes de que llegue esta temporada, hay que tomar precauciones y evitar que esto pueda suceder.
La importancia de preparar el cultivo para las lluvias
Si no se maneja con prudencia y precaución, la fertilidad de la tierra puede llegar a reducirse, lo que puede complicar la cosecha. En caso de que un terreno no cuente con la protección suficiente, se puede perder hasta un centímetro de suelo.
Las plantas pueden llegar a ahogarse por un exceso de agua y también aumentar su susceptibilidad a sufrir diferentes clases de enfermedades, como por ejemplo pueden ser los hongos, los cuales pueden convertirse en una auténtica pesadilla.
Antes de cultivar, hay que preparar la tierra y se recomienda hacer un análisis del suelo para poder identificar las principales características así como necesidades y nutrientes que requiere el terreno para poder dar lo mejor de sí en todo momento.
Durante la temporada de lluvias, es muy importante la preparación del terreno, pero no hay que hacerlo de una forma intensiva para no resultar demasiado agresivo. Tras el desyerbe y la limpieza de la zona, tanto la remoción de la capa de suelo tiene que ser mínima, porque de lo contrario, la tierra quedaría expuesta a ser arrastrada por el agua.
Tampoco hay que olvidarse del uso de productos fitosanitarios e incluso contar con el asesoramiento de un experto que indique cuáles son las medidas que se pueden poner en marcha para poder proteger el cultivo para la llegada de la temporada de lluvias.